miércoles, junio 22, 2005

In memoriam


El pasado 10-11-04 hizo dos años que Isidro Ignacio Gómez Pérez "el monje" ó "el peregrino" desapareció. No era una persona ilustre, sólo era un hombre, un mendigo que se paseaba por Mérida, por Santa Eulalia, por Plaza de España con su brick de vino. Supongo que alguien lo recordará. Dicen las leyendas urbanas que en sus horas de lucidez era un hombre instruido, inteligente, que tenía dinero, pero que su elección fué vivir en la calle. Se negaba a ir a casas de acogida. Yo me lo encontraba todos los días y ahora después de algo mas de dos años sigo notando su ausencia. Nos habíamos acostumbrado a él a pesar de ser prueba fehaciente de los males que aquejan a nuestra sociedad. Formaba parte de Mérida, la humanizaba. Detrás de él hay una historia triste de alguien que tocó fondo.


[El mendigo de almas]
[Deseos]

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me gustan estos retratos urbanos, emocionan y, a veces, permiten que, de la mano del autor, radiografiemos al personaje.