martes, noviembre 30, 2004

LONDRES

 

Cuando viajas buscas, mas bien encuentras, horas de belleza, horas de verdad: un viaje en autobus de dos pisos, una cerveza en un "pub" típico londinense, una conversación...

En una pequeña conversación salio a relucir la polarización de la sociedad, de los paises... y haciendo gala de un realismo "chato", mi amigo Escudero afirmaba sencillamente que los paises subdesarrolados jamás podrían-debían salir de su miseria. El mundo no soportaria el envite. Todo esto es cierto, pero no es menos cierto que estamos anticipando un problema-miedo que se tendría que dar dentro de aproximadamente 100 años y que de forma interesada lo estamos extrapolando al día de hoy para justificar tanta miseria y exonerarnos de nuestra responsabilidad. Es evidente que en 100 años las condiciones humanas, sociales y técnicas deben cambiar. El salvese quien pueda además de inmoral, creo que no funciona.

El Londres del siglo XIX estaba despertando a los problemas que surgían de una comunidad polarizada. El este significaba pobreza y superpoblación y el oeste (West) era sinónimo de opulencia y viviendas espaciosas. Ambas confluían donde las bolsas de miseria de las zonas más antiguas coexistían con los mayores tesoros de la ciudad, como el de Tomm-All-Alone, al lado de la catedral de Southwark. Charles Dickens habla de la zona de los miserables en Bleak House y habla de Jo, el barrendero "uno más, salido de las cloacas, escurriéndose por entre las grietas de los muros y arrebujándose a la hora de dormir, bajo las goteras".

La conciencia pública era el punto de mira de muchos de los escritos de Dickens, que estimularon la acción y la filantropía privada necesaria para abordar los males sociales de la época. Los ferrocarriles contribuyeron a ello. Las casuchas de Shoreditch fueron destruidas para construir una estación término en Bishopsgate en 1843. La de St. Pancras acabó con la miseria de Agar Town, que Dickens había descrito. Pronto los oficinistas y obreros peor pagados de Londres empezaron a clolonizar el nuevo mundo en los extremos de la ciudad, gracias al primer ferrocarril suburbano, el Metropolitano abierto en 1863.

Un tren suburbano palio los problemas de miseria y hacinamiento en el londres de 1863. Hoy día empieza a ser un problema la emigración, que ira en aumento al no dejar que sus paises de origen se desarrollen. Mientras se construye un transporte lo suficientemente rapido capaz de frenar la emigración y la miseria, a la manera del Metropolitano, creo que es mas factible llevar el trabajo hasta esos paises. Eso si, jamás de la mano de las multinacionales.

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